La revolucion de los ojitos claros o la invacion de los negros de mierda, vos elegis...




Tengo bastante descuidado este rincón adonde trato de organizar en forma de texto algunas percepciones o pensamientos caóticamente intuidos durante el trajinar diurno. Sin duda esta semana ha sido vertiginosa y movilizadora. Estuve tentado de escribir en caliente respecto a los acontecimientos que se suscitaron en capital federal, que han sido los que me ha todazo vivir de cerca. Pero dado el carácter pretendidamente reflexivo de esta columna, hoy puedo juzgar que a sido mejor así.

No voy a detenerme en la argumentación económica (aunque nunca exenta de ideología) de la conveniencia de la aplicación de retenciones. Tampoco en el bochornoso actuar de el gobierno hasta antes del sorpresivo giro a la racionalidad del pasado jueves. Bastara decir que el atolondramiento del gobierno logro aglutinar a los de siempre junto a otros cuya pertinencia en una acción conjunta con ese espectro es insólita. Ya iremos viendo como evoluciona eso esta semana.

La idea de este lugar es sencillamente rascar un poco la superficie de las cosas para ver que hay debajo de la naturalización que cotidianamente hacemos de las operaciones discursivas que se nos imponen imperceptiblemente. Por tanto ahondar en tecnicismos económicos no será un tema que desarrollare en esta entrada. Bastara decir que las retenciones son una medida necesaria, lo innecesario fue la desprolijidad y el nulo criterio para discriminar las distintas magnitudes del impacto en los heterogéneos sectores afectados que la vos oficial logro entupidamente aglutinar bajo el apelativo de “el campo” como si La Serenísima , Molinos Cañuelas, Molinos Río de la Plata , Aceitera General Deheza o Cargill, fueran lo mismo que los restante 32.000 pequeños y medianos productores entre quienes se repartieron el año pasado el 50% de las compensaciones por exportaciones, mientras que la otra mitad se distribuyo entre 20 empresas donde se encuentran las antes mencionadas...

Lo que a mi me toco vivir de cerca fue la “pueblada” (tal como los volantes del PO la denomiron) de los ojos azules y los cabellos rubios, detalles fenotípicos estos que como ya se sabe, es muy condenable señalar. So pena de ser acusado de “negro de mierda” (expresión sobre la que volveremos) peronista, discriminador y racista (¿?). Parece que el peronismo ha inventado un tipo particular de racismo. Valga la digresión, en todas partes del mundo las teorías racialistas postulan la superioridad de determinado grupo étnico como herramienta discursiva de legitimación de una practica de dominación. Siempre los mejores y más capaces están en la cúspide de la estructura social. Lo particular del “racismo” de señalar esta rebelión como de ojos rubios es que debemos estar ante el único caso de racismo del mundo donde los “discriminados” son justamente los estratos mejor posicionados de la sociedad, quienes además no solo usufructúan y detentan la estructura material sino las simbólicas que hacen de su fenotipía, por ejemplo, el modelo hegemónico de belleza que se impone como canon tanto sobre sectores subalternos, como para el todo social… ¡Qué loco este racismo de abajo pa arriba, no?!!

Volviendo de la digresión. Cuando el “caceroleo espontáneo” salio el martes no había entre los manifestantes nadie que supiera a ciencia cierta de que iba la medida. De hecho, cuando burlándonos le decíamos a algún conocido “¿No sabia que tenias tierras?” la respuesta era. “Yo voy por que la odio a esta…” allí en los puntos suspensivos la respuesta podía ser indistintamente: Llegua, turra, hija de puta, etc,etc

Vale decir, la gran mayoría de esos manifestantes, que como se sabe pertenecen a las clases con mayor acceso a los niveles de educación formal, no entendían un carajo de las causas de la protesta del campo pero su lectura ideológica suele ser inequívoca. Traducible en: “No me rompan las pelotas que quiero consumir tranquilo.”

Esta verdadera constelación de sentido puede rastrearse tanto al corralito cuando al grito de “piquetes y cacerolas la lucha es una sola!!!” no tardaron mas de seis meses después de que se le devolviera alguna parte de sus ahorros para que clamen por palos y represión a los que cortan el trafico, como al voto Macri para que la ciudad me quede limpita y ordenada (de debate político, por que eso es PRO).

Paradójicamente ahora nos encontramos con el corte de rutas mas imponente de nuestra historia, pero claro caeré en un lugar común, (pero la realidad y sobre todo si atañe a la calase media, suele ser un lugar común) se trataba de un piquete blanco. O por lo menos de gente trabajadora al que este gobierno stalinista y dictatorial quiere expropiar del fruto de su esfuerzo para convertirnos en Cuba (¿?). No de “negros de mierda” (en su acepción mas blumberguista ), que solo viven de los planes (tema este que merecería todo un trabajo de investigación respecto de cómo en el imaginario de la clase media sigue operando la figura de los planes sociales aunque la realidad del clientelismo siga efectuándose hoy día por vías bien distintas…); o bien (en su versión progre carriotista ), ciudadanos cautivos de las redes clientelares que jamás podrían movilizarse por si mismos ya que, como se sabe, son muertos de hambre desesperados que los populismos demagógicos arrastran a sus actos o marchas sin mas ni mas, pobrecitos!... el país va a seguir así hasta que no los eduquemos para que voten bien! (ósea como ellos)…

Según un trabajo de investigación de la licenciada Lila Luchesi de 600 editoriales de La Nación de los pasados años, mas de 160 fueron dedicados a la problemática de los cortes y la inoperancia del gobierno para reprimirlos. Esta semana pasada, La Nación convirtió sus editoriales en una en una arenga constante a la medida, pintando como los violentos e inadaptados al gremio de camioneros que exigían pasar.

En medio del quibombo del martes caminábamos por las entrecalles del microcentro testigos de un espectáculo que parecía haberse escapado de las páginas del Eternauta. Cuidándonos de que la policía no se creyese cercada y desencadenase una represión, un auto nos cruzo y al ver nuestra pinta de estudiantes, nuestra tes y nuestros cabellos mayoritariamente castaños nos dijo hasta de buena leche: “Vamos chicos! Cuidado que se vienen los negros!”…

El comentario nos dejo perplejos, me vinieron a la mente cosas que habia oido y leido sobre el 45. Con decepcion asumimos que con esto lidiamos. Y es que como dice una buena amiga de esta casa, nada peor que el medio pelo. Para los ricos y poderosos, la lucha de clases es una cuestión estratégica que se libra en el largo plazo. Jamas dudan estos ni por un momento que seguirían teniendo la manija de la cosa.

La clase media en tanto, vive aterrada con la posibilidad de ser justamente aquello que representa su contracara. El pobre, ese lugar del que secretamente se jactan de haber gambeteado, comprando el discurso liberal de la recompensa a la decencia y el esfuerzo individual como justificación de la sociedad de clases. Vive aterrada con perder lo que tiene. Con ser uno mas de ese montón amorfo y doliente que es el pueblo. Por eso la saña… al decir de Borges: “No nos une el amor sino el espanto”.

El jueves a la madrugada, estuve editando trabajo en un bar del microcentro. Habré permanecido allí 3 horas. Contabilice cerca de una veintena de pronunciaciones de expresión “negros de mierda” en aquel recinto. Parece que no hay otra respuesta, sino la ontología del negro como principal causante de las desgracias nacionales. El negro es el problema nato para esta gente, ya se sabe. Gente que en el trato cotidiano hasta parece de lo mas cordial pero ante la que experimente el profundo asco de constituirme en su otredad radical. Al borde casi de, como ellos, no distinguir los procesos históricos, políticos, económicos y culturales que nos han dejado así como estamos. Con una representación abulica, facilona y absolutamente deshistorizada de nuestra realidad. En donde ya no hay sangre de nuestra sangre, sino un perturbador otro que es mejor mantener lejos. Y que en este nosotros cínico y mezquino que la clase media construye , se puede dar el lujo de llamar “negro de mierda” para inculparlo de su no hacerse cargo de ser la clase mejor posicionada para aventurarse en transformaciones mas profundas e inclusivas de nuestra pauperizada sociedad.

La postal que nos llamo la atención ese martes fue la figura de un cartonero que entre la puesta en escena del gorilismo autoconvocado y las fuerzas de choque del oficialismo, (“gente” ambos a pesar de la distinción entre gente y piqueteros que introdujeron algunos medios, aunque dudosamente PUEBLO, alguno de los dos ) este seguía imperturbable en su labor cotidiana ajeno a toda discusión. Mas bien segregado de toda discusión. Absolutamente al margen y no precisamente por elección sino como resultado de un proceso cruel que allí lo dejo. Muy probablemente donde estaba el 2001. Y donde puede seguir estando si por los que no quieren perder un céntimo de la torta fuera, o por los que solo salen cuando corren el riesgo de quedar desabastecidos de chuletas.

Al volver con el Oscuro de la plaza en el ultimo Sarmiento aquella madrugada de miércoles, viajando en el furgón, rodeados de cartoneros y laburantes para los que la jornada apenas había tenido algunos acontecimientos curiosos entre los que se mencionaba el relato de un quibombo en el obelisco, estructurado desde la particular perspectiva de la prensa que solo recorto como violentos a los grupos kirchneristas y no al chetaje histerico que vi matonear a un par que no se expresaban en su favor. Nuevamente el sector que si se vería afectado por un trepamiento de las materias primas a los precios internacionales estaba absolutamente afuera de toda discusión. Claro, ellos no escriben Blogs… eso explica en buena medida el sentido común imperante en la blogosfera… tenemos aquí un muy buen ejemplo de segmentación de consumidores conforme a su nivel socioeconómico (verdadero aluvión de chetos sobrealimentados que desde esa condición opinan del mundo).

La verdad es que lo que lamento del impresentable D'elía & Cia. es que sean justamente estos mercenarios quienes aparezcan mediaticamente como los representantes del campo popular. Pero todos esos imbeciles que coreaban “No somos negros peronistas!”, repartían pancartas de “Que se vallan los montoneros revanchistas”, que desde la Cangu (indicio evidente de que tan mal no la pasan) movían sus obesos brazos tocando bocinas y que de todos modos hubieran salido con sus cacharros si la inflación hubiera trepados a los precios internacionales, como habría sido el caso de no mediar las retenciones; merecen saber que la plaza, en tanto campo de disputa simbólico por el sentido político de la historia, no se gana sin un costo. Costo que el campo popular pago con 18 años de proscripción, persecuciones, exilios, torturas y mas de 30.000 compañeros (trabajadores, estudiantes, sindicalistas y si, también guerrilleros y de clase media, aunque una muy otra!) desaparecidos. Por eso, no tiene nada de liviano que esa señora que Cronica televisaba viniera a decir con toda impunidad que aquella era la plaza del pueblo, no la del 24, la de los desaparecidos.

Aquella gente que hoy no esta, fue mil veces mas PUEBLO ya que soño una Argentina mejor y le puso el cuerpo a su sueño hasta las ultimas consecuencias. Valla hasta ellos nuestro homenaje.

Esta otra… sale cuando le aumentan o le escasean las chuletas, o le tocan los ahorros y en cuanto pueda no dudaría de golpear la puerta de los cuarteles para que le mantengan a raya a todos esos “negros de mierda”.

2 comentarios:

Andrea dijo...

Gaby, me quedo con la discriminación a "rubios, chetos y a la clase media" y al miedo al otro, al negro de mierda, al piquetero.
A mi personalmente me llamó la atención la "reivindicación de D´elia en la blogosfera".
Con respecto a lo que decis de la plaza, creo que cualquiera esta en su derecho de ir a reclamar si asi lo quisiera.
Y tengo un ejemplito mas para discutir de como este gobierno (ojo no es solo de este gobierno) y los medios dibujan la realidad : Cuando en Gualeguaychu se cortaron las rutas (no se bien si aun siguen cortadas) por el problema con Uruguay no se hizo absolutamente nada. Hoy cortar la ruta es un delito. Como puede haber tanta diversidad?

Saludos, me alegro que haya vuelto recargado!

Anónimo dijo...
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